Le gustaba tener el corazón a punta de disparo,porque cuando el se decidía a apuntarle directamente con preguntas las respuestas eran latidos con ritmo de sonrisa.Cosas del surrealismo de sus vidas.Se habían encontrado y no pensaban soltarse.Confiaban por fin en alguien.Confíar es como aprender a andar en bicicleta,que al principio da miedo,pero te ayudan.Si tropezaba se apoyaba en su hombro,pocas veces fallaría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario